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La buenota de mi vecina [Relato]


Hace poco me encontré con una persona que me hizo recordar mis inicios en materia de sexo. Yo ahora tengo 29 años pero lo que les voy a relatar me sucedió cuando yo tenía la edad de 16 años de edad.

Cierto día mi mujer y yo fuimos al cine. Compramos los boletos y yo me quede haciendo fila en la dulcería mientras ella se fue a la sala para apartar asientos en buen lugar. Mientras estaba en la fila esperando para comprar un combo, siento que me tocan el hombro. Al darme la vuelta veo a una mujer madura como de unos cuarenta y tantos tal vez pero muy guapa la verdad. Yo no la reconocí a la primera hasta que estuvimos platicando un rato. Ella era Mónica mi vecina. Bueno más bien mi ex-vecina, pues ella vivia en frente de mi casa cuando yo era un adolescente.
Hace años que no la veía porque ella se fue del vecindario hace algunos años, pero siempre tuve buenos recuerdos de ella. Sobre todo del delicioso cuerpo que tenía. Hoy todavía esta riquísima la señora pero la verdad años atrás era la mujer más deliciosa que había conocido.

Cuando yo era un adolescente acostumbraba espiar a Mónica. Ella es ese entonces tenía 34 años, lo recuerdo muy bién. Era casada y tenía dos hijas, una de 10 años y otra de mi edad. Esta señora estaba buenisima la cabrona, era de estatura media, morena clara, y llevaba el pelo corto estilo Victoria Beckham, seguro la conocen. De hecho hasta se parecían un poco de la cara pero debo decir que la gran diferencia estaba en que mi vecina tenía un cuerpo sensacional. Tenía unas piernas largas y carnosas, una cinturita exquisita, unas tetas infladitas y riquísimas y un tremendo culote se ensueño. Siempre se vestía muy sexy. Usaba casi siempre jeans super ajustados y tacones altisimos. Era una mujersotota la verdad.

Una tarde, ella estaba regando el jardín en unos shorts azul marino de mezclilla super ajustados, una camiseta negra sin mangas super pegada al cuerpo y unas sandalias. El short más bien parecía un pantalón que ella misma recorto. De hecho lo recorto de más y casi le llegaba a media nalga pero la muy perra llevaba debajo del shorts una licra a medio muslo color blanco que se le veía exquisita.

Esa tarde estaba espiando desde mi recamara. Saque unos miralejos y la comencé a recorrer de arriba abajo. Estaba regando el cesped y las gotas que le escapaban le salpicaban la riquísimas piernotas. Se le veían todas mojadas, con ganas de pasarle mi lengua por cada una de ellas. Y ni que decir del culote que se cargaba. Simplemente era suculento. Tenía las caderas amplias y las nalgas bien paradas y redondas. Unas deliciosas nalgas como para agarrarlas a mordidas y lamerlas todas salvajemente.

Yo no soportaba más estar viendo esta señora y de inmediato me desabroche el cierre de mi pantalón y saque mi verga. Ya la tenía bien paradota y caliente. Fue entonces que me la comencé a jalar. Me la estaba jalando riquísimo viendo a sus suaves tetas, sus ricas piernas bien mojadas y esa panochita bien apretadita que se le veía a través de su ajustada ropa. Pero lo más rico fue cuando se volteo para cerrar la llave del agua y se empino mostandome su enorme cola a punto de romper su shorts. Yo me la jalaba con más fuerza. esto se sentía delicioso pero ya no podía más. Cuando ella se levanto se agarra el shorts y se lo sube de una manera tan sexy. Lo traía ajustadisimo y todavía lo subia más. El shorts casi la traspasaba entre las nalgas y en frente se le dibujaba una panochota de lo más rica. Y fue en ese momento que me comencé a chorrear. Mi leche salió descontrolada y llene toda la pared de semen hirviendo. 

Después de esa caliente tarde, unos dos días adelante, Por la mañana iba saliendo de mi casa rumbo a la escuela cuando de pronto escucho que me dicen: 
¡Buenos días Gerardo! Yo volteo y para mi sorpresa es la señora Mónica. Llevaba un pantalón de vestir super pegado color cafe que parecía que se le iban a romper las costuras de los lados de lo buenota que se veía. Se veía riquísima! Igualmente se le veía la blusa escotada color blanco que dejaban ver parte de sus ricotas tetas bien paradas.
G: Buenos días señora, como ha estado.
M: Muy bien y tu? Oye llevas mucha prisa?
G: No claro que no señora. Que se le ofrece?
M: Sabes que salí muy apurada a llevar a mis hijas a la escuela y no encuentro las llaves de la casa. Tal vez una de mis hijas se las llevo por error.
No se si me harías el favor de brincarte por mi patio y abrirme.
(Quisiera abrirle pero esas ricas nalgotas que tiene. Chuparlas y meterle mi lengua en su ano)
G: Si no se preocupe ahorita en un rato esta usted adentro.
Para pronto me brinque, entre por una ventana de la parte de atrás y en 2 o 3 minutos ya estaba abriendo la puerta principal.

M: Muchas gracias Gerardo. Me salvaste la mañana. (sonreía mucho) 
Tienes prisa? Pasa y tomate un jugo de naranja.
G: Gracias señora, de hecho no tengo clases hoy. (mentira obviamente) Solo iba a entregar unos libros.
Mientras pasaba a su casa, yo no paraba de mirarla por detrás. Ese pantalon se le veía riquísimo. Estaba totalmente pegado a sus nalgas y se le metía de un modo exquisito a la cabrona. 
M: Con confianza Gerardo, estas en tu casa. Ah y por favor no me llames "señora" mejor dime Mónica. Así no me siento tan vieja.(Se reía mucho)
G: Esta bien Mónica.... Mmm pero la verdad no estas vieja. Yo te veo muy bién.
M: Ay Gerardo que lindo de verdad. Ya me alegraste el día. (Y me veía de una manera muy extraña o sexy diría yo.)
G: Bueno señora muchas gracias por el jugo. (le sonreí tímidamente. Es que a esa edad esta viejota me imponía mucho.)
M: Gracias a ti, Te ofrezco mas jugo?
G: Si un poco, la verdad esta muy rico. (Aunque estaría más rico si me dejara mamarle estas tetotas de Diosa que parecen le van reventar la blusa)
En eso yo le di el vaso vacío y al darse vuelta ella tropezo con sus enormes tacones y aunque ella no cayo pues el vaso fue a dar al suelo y se rompió.
Ella de inmediato se disculpó y tomo una escoba y un recogedor se puso a limpiar los vidrios. Pero mientras ella hacia eso pues yo no hacia más que mirar esas curvotas sexy y cachondas se su delicioso culote amplio y suavecito. Se agacho para recoger los vidrios y la vista fue excelente. En la orilla de su pantalón se le asomaba una rica tanga que dejaba su etiqueta hacia afuera. Mmmmm. que rico! Se le veía el elástico y no pude evitar que la verga se me comenzara a parar. Y no se diga cuando se levanto a tirar los vidrios al bote de basura junto a mi. En ese momento se empino la cabrona y casi me puso las nalgotas junto a mi verga. Era increíble. Estaba como a 20 cms. de esa colota deliciosa. Yo no deje de verla y mi verga casi se me salia de mis bermudas. En ese momento ella volteo y yo por puro instinto me cubrí la verga. Ella se quedo mirándome y no pudo evitar voltear a verme el paquete.

Ella se acercó lentamente y me dijo: Ay gerardito! Pues que de verdad te parezco atractiva? A ver quítate las manos de ahí.
Yo de inmediato lo hice y ella comenzó a frotarme la verga a través de mis bermudas. Luego me dijo:
Por que estas así mi amor? Acaso me estabas viendo el trasero?
G: Mmmm si. Lo tienes muy rico Mónica.
Entonces ella se volteo de espaldas y se pego a mi. Comenzó a frotarme su colota contra mi cuerpo y comenzó a subir y bajar por mi verga parada.
Y ella dijo: Que se siente tener mis nalgas pegadas a ti? Te gustan?
G: Me encantan, estan bien grandes y ricas.
M: De seguro eres virgen verdad? (Mientras ella no dejaba de frotar sus calientes nalgas en mi verga.)
G: No, ya lo he hecho con mi novia. Pero nunca con mujeres más grandes.
( Y era cierto. A esa edad yo solo había cogido con mi novia. Que estaba muy buena también pero nunca me había cogido mujeres de este calibre, asi de dadotas y buenotas como esta señora.)
M: Pues vamos a ver que tanto te ha enseñado tu novia.

En ese momento Mónica se comienza a bajar su pantalón hasta medio muslo. La tanga que trae se le ve deliciosamente entre esas nalgas amplias y redondas. Después va a la mesa de la cocina, saca una silla, se sube en ella de rodillas y se empina sobre la mesa de manera que queda de perrito.
Ella voltea y me dice: Aquí están mis nalgotas mi amor. A ver que puedes hacer con ellas.
Ay Dios mio, al ver ese culote empinado ya sin pantalón casi me vengo instantáneamente. Se le veia grande, tonificado, amplio y con una rica tanga perdida entre sus nalgas perfectas.

Yo me baje los calzones y al acercarme para penetrarla me entro el pánico. Yo no nunca había tenido una mujersota así. Que tal si terminaba antes casi de meterla. Ay Dios, es que tener este bello culote aquí empinado es un sueño hecho realidad. Cuantas veces no me hice una paja viendo esta colota super gigante. Pero me decidí y comencé a metersela. Le entraba suavecito suavecito, era de verdad una delicia estar disfutando de esta señora.
Le comencé a dar y a dar de una manera incontrolable, mientras ella gemia y me decia: Un poco más duro mi amor. Sin miedo, estas nalgas son tuyas ahora mi amor.

Mi verga estaba a mas no poder. Cuando en eso que la vieja empieza a mover su colota en circulos como si fuera baile hawaiano. Ay Dios que rico! Empezo a mover su caderota en forma circular y mi verga ya no soportaba más. Eso era realmente delicioso. No quiero imaginarme que hubiera sido si la hubiera penetrado por el culo. Esta vieja me estaba haciendo ver estrellas. Y luego sus nalgotas deliciosas rebotaban y rebotaban en mi cuerpo haciendo un sonido muy conocido por ustedes. La vieja tenia un poco de celulitis pero a quien le importa si sus nalgotas estan bien formadotas y tienen asfixiando mi verga entre ellas. Nada más se escuchaban los chasquidos de mi verga entrar en su panochota bien dilatada y toda mojada. 

Llego el momento en que me estaba por chorrear todo el semen en su panocha y cuando ella sintió que yo ya no aguantaba mas me dijo:
No mi amor, aguanta aguanta por favor. no me los eches ahí. 
En eso ella se volteo y se inco junto a mi y me dijo:
Echamelos en la cara mi amor. Leche fresca no tengo todos los días.
A mi se me hizo extremadamente exitante eso!!! Nunca lo había hecho.
Yo en cuanto pude le comence a llenar toda su cara se semen hirvendo. Ella parecia disfrutar cada chorro de leche que le tiraba porque se lo estaba embarrando por toda la cara. 
M: No pares mi amor, no pares, escurrelo bien mi vida. 
Yo sin decir palabra solo le echaba chorros y chorros de mi leche hasta que su cara quedo casi toda blanca y escurriendo por su cuello.
¿Verdad que te gustó? :

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